Por sentencia de divorcio, nulidad o separación de bienes, por muerte de uno de los cónyuges o por cambio a otro sistema patrimonial, entre otros. Sin embargo, el término de la sociedad, sin embargo la comunidad de los bienes pereciste.

Se produce una comunidad entre los cónyuges, o entre el cónyuge sobreviviente y los herederos del otro, quienes pueden pedir la liquidación de la sociedad conyugal.

Hay que valorizar los bienes, tarea que puede hacerse de común acuerdo o por orden de un juez. Así, cada uno puede adjudicarse bienes de acuerdo a su valor monetario, aunque también es posible liquidarlos para repartir dinero y no bienes.

Si la mujer tiene un patrimonio separado de la sociedad conyugal, fruto de su peculio profesional amparado por el articulo 150 Código Civil, al momento del término de ésta tiene dos opciones:

1.- Renunciar a su patrimonio reservado y de esa manera se incluirá en la masa de la sociedad conyugal para luego hacer la repartición de bienes
2.- Optar por quedarse solo con patrimonio reservado, en cuyo caso debe renunciar a los gananciales, es decir, renunciar al patrimonio de la sociedad conyugal.